Saber en lo que estamos

Crear una entidad solidaria es sencillo, pero requiere de convicción y conocimiento de causa.

Hay simplismos que conducen al fracaso:

  • La improvisación, que nos lleva a creer que con la mera voluntad podemos nacer la empresa.
  •  El incumplimiento con requisitos de constitución, que hace al árbol nacer torcido.
  • Renunciar a la capacitación, con la intensidad mínima y los contenidos básicos en la fase de creación.
  • Desconocimiento de la normativa, que nos exige cumplir formalidades y reportes periódicos a la entidad encargada de la supervisión.

Caer en estos simplismos, hace que se presenten situaciones como:

  • Reiteradas observaciones ante la cámara de comercio.
  • Llamados de atención y pliegos de observaciones
  • Ignorancia de los fundadores en lo que se refiere al proceso de constitución y desarrollo de la entidad que creamos.
  • Responsables de los organismos sin conocimiento del manual de funciones.
  • Dificultades para sostener el funcionamiento de la entidad en su etapa embrionaria.
  • Carencia de una planeación con prospectiva en Objetivos estratégicos, Metas y Proyectos.

Y dos factores  esenciales que deben aplicarse de manera periódica y metódica por todas las entidades solidarias, al margen de su tiempo de vida: la evaluación y la formación humana, organizacional y empresarial.

La Economía Solidaria es una forma empresarial de carácter social, con espíritu solidario y como solución a problemas de pobreza y desempleo.

Avancemos sin complejos, con responsabilidad y haciendo las tareas que nos corresponde como economía alternativa.

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