Ha llegado la hora de que pensemos con calma que vamos a hacer para enfrentar la problemática que azota a la humanidad y donde nosotros no podemos quedarnos siendo meros interlocutores que escuchan, pero sin sentirnos parte de la crisis.
Claro que, si eres un actor con consigna y tarea, felicitaciones.
Porque nadie, humano que se respete, está libre para eludir responsabilidades.
Que el cambio climático, que el virus del VIH, que el coco 19; que las erupciones volcánicas y los temblores, que el hambre y la escasez de alimentos, que las guerras y grupos armados de todos los pelambres, que las corrientes religiosas y políticas autoritarias, esclavizadoras y destructoras de vidas y bienes; que el capitalismo salvaje y el mal llamado socialismo arquetipo.
No podemos terminar diciendo que “aquí no pasa nada”